El 29 de Junio, como todos los días, José Gregorio se levantó a las cinco, tomó su primer baño del día, rezó el Angelus, y después se dirigió a la iglesia de la Divina Pastora a escuchar la misa y comulgar. Como era domingo, no tenía que ir a la universidad, por lo que se fué a visitar algunos de sus enfermos en esa parroquia.
Regresó luego a su casa (en el número 3 de San Andrés a Desbarrancado), donde su hermana Isolina le sirvió el desayuno: pan, mantequilla, queso y agua de panela. Después de organizar su consultorio, salió a visitar las casas de sus pacientes, cosa que acostumbraba hacer en las mañanas que no tenía clases, entre las ocho y las once y cuarenta y cinco. Para este recorrido José Gregorio iba generalmente a pie.
Poco antes del mediodía llego a su casa, donde tomó su segundo baño del día como era costumbre. A las doce del día rezó el Angeluz y se sentó a almorzar. Este último almuerzo consistió en sopa, legumbres, arroz y carne acompañados de un refresco de guanábana que le enviara su cuñada, Dolores de Jesús Briceño Gonzáles, la esposa de César Benigno.
Para reposar el almuerzo se sentó en la mecedora que tenia para atender a los pobres que venían a verlo durante dos horas todos los días. Estaba esta mecedora junto a una imagen de San José.
Pasada la una y media de la tarde llego alguien a avisarle de que una señora anciana se encontraba muy grave, José Gregorio tomó su sombrero y partió enseguida a visitarla. Esta anciana vivía entre Amadores y carbones.
Cuando salió de consultar a la anciana enferma, José Gregorio, considerando que esta era muy pobre decidió el mismo irle a comprar las medicinas que le había recetado y para ello se llegó hasta la farmacia que se encontraba en la esquina de Amadores.
En la calle de Amadores a Urapal se encontraba estacionado un tranvía y en el momento en que salía José Gregorio de la farmacia con las medicinas otro tranvía subía desde la esquina de Guanábano hacia Amadores.
José Gregorio fué a cruzar la calle por delante del tranvía que se encontraba detenido, sin percatarse de que un automóvil se aceraba en esa dirección, sorprendido por la aparición inesperada del transeúnte el chofer no pudo detener a tiempo el vehiculo que conducía a 30 Km por hora y José Gregorio recibió el fuerte impacto que lo lanzó por el aire contra un poste telefónico; golpeándose en su caída con el filo de la acera. Este golpe de acuerdo con el informe forense es lo que ocasiona la muerte del ilustre médico y siervo de Dios pocos minutos más tarde, pues le fracturó la base del cráneo y le provocó una hemorragia interna.
La señorita Angela Páez se encontraba en ese momento asomada al a ventana de su casa el número 29 entre Guanábano a Amadores y pudo ver el accidente. De acuerdo a su testimonio cuando José Gregorio vio que se le abalanzaba el automóvil, exclamo: "Virgen Santísima".
Por extraña coincidencia el que conducía el automóvil Fernando Bustamante Morales, iba a ser compadre de José Gregorio y este le había curado en una ocasión a su madre y salvado de la peste a una de sus hermanas.
Consultar también
José Gregorio Hernández - Wikipedia, la enciclopedia libre
VENEZUELA VIRTUAL Historia de Venezuela Personajes Ilustres ...
La señorita Angela Páez se encontraba en ese momento asomada al a ventana de su casa el número 29 entre Guanábano a Amadores y pudo ver el accidente. De acuerdo a su testimonio cuando José Gregorio vio que se le abalanzaba el automóvil, exclamo: "Virgen Santísima".
Por extraña coincidencia el que conducía el automóvil Fernando Bustamante Morales, iba a ser compadre de José Gregorio y este le había curado en una ocasión a su madre y salvado de la peste a una de sus hermanas.
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